CUERPO

Monta tu propio spa en casa en 7 pasos

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Cuando se trata de cuidarse, la excusa del dinero no es válida. A menudo soñamos con spas o balnearios de lujo donde darnos un homenaje y probar todo tipo de tratamientos para nuestra piel y nuestro cabello, pero olvidamos que la auténtica comodidad sólo la encontramos en casa. Ya va siendo hora de hacer un hueco en nuestras agendas y en nuestros cuartos de baño y organizar una sesión completa de spa en casa, con todo lo que eso significa: relax, productos de belleza y cosmética, limpieza por dentro y por fuera y tiempo para nosotras.

montar tu spa en casa

Montar tu propio spa en casa es mucho más sencillo de lo que imaginas, pero requiere preparación previa. Estos son los pasos básicos que debes seguir para transportarte a un paraíso de lujos y desconexión sin moverte de casa:

  1. Apaga el móvil

Sí, ni siquiera has empezado a montarlo todo aún, pero el ritual para cuidarte ya ha comenzado. Has escogido este momento para ti y debe serlo de principio a fin. No necesitas compartirlo con nadie más que contigo misma.

  1. Prepara tu escenario

spa

Puedes elegir el cuarto de baño o una habitación que te inspire y te relaje. Lo importante es ambientarlo todo de manera que acompañe tu estado: escoge aquellos colores que te transmitan mayor tranquilidad y limpieza. Vas a pasar un buen rato aquí así que procura que nada te inquiete ni te ponga nerviosa. Velas aromáticas, luz indirecta o apagada, toallas limpias, superficies despejadas, etc.

  1. Elige a los protagonistas

cosmética orgánica

Nadie mejor que tú sabe qué productos se adaptan mejor a las necesidades de tu piel y de tu cabello. Saca esas joyas del cajón y colócalas en el orden en que vas a utilizarlas y empieza a imaginarte cada sensación y lo que te va a aportar cada una.

  1. Elige la banda sonora

El silencio puede ser buena compañía en este momento, pero puede que alguna melodía relajante nos ayude a entrar en el estado de relajación que estamos buscando. Existen miles de playlists especiales con música relajante o chill out idóneas para este momento de desconexión. Sin embargo, también es buena ocasión para recuperar a aquel cantante o aquella canción que te hace conectar directamente con tu parte más sensible y te emociona cada vez que la escuchas.

  1. Sumérgete

date un baño

Si tienes bañera, es evidente que debes llenarla hasta arriba y deslizarte poco a poco bajo la espuma, sintiendo el calor, mojándote el pelo y liberando cualquier tensión de tu cuerpo. Si no tienes bañera, basta con que te pongas en posición horizontal en un lugar cómodo y empieces a sentir el peso de cada una de tus extremidades, de abajo arriba hasta llegar a la cabeza. Suelta las cervicales, cierra los ojos, relaja el rostro y sumérgete en tus propios pensamientos. Vuela.

  1. Mímate

Tras unos minutos de vuelo libre, vuelve a la realidad y presta atención ahora a tu piel y tu cabello. Empieza exfoliando todo tu cuerpo con un gel exfoliante natural o sencillamente con un poco de jabón y sal gorda. Masajea bien para activar la circulación y prevenir así la celulitis, pero cuidado con frotar demasiado fuerte, ya que puedes irritar tu piel. Aprovecha también para ponerte tu champú purificante preferido y hacerte un automasaje craneal: presiona con las yemas de los dedos los diferentes puntos de tu cabeza, pon especial atención a las sienes y respira hondo.

  1. Cuídate

cuídate

Date una ducha calentita para aclarar todos los productos de tu cabello y de tu piel. Envuélvete en tu toalla o albornoz más gustoso y toma asiento. Es el turno de cuidar tu rostro. Aplica una mascarilla natural durante unos minutos y completa el tratamiento refrescándote con un sérum facial orgánico que mantendrá tu piel protegida y hará efecto lifting inmediato.  A partir de aquí, da rienda suelta a tus caprichos: hazte la manicura, la pedicura, aplica crema reductora, aceite reafirmante, mascarilla hidratante para tu cabello, etc. Disfruta de cuidarte. Tú mandas.

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