ESTILO DE VIDA

5 maneras de calmar la ansiedad por comer

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A menudo, me encuentro en mi consulta y en mis clases a personas que buscan calmar la ansiedad por comer gracias a mis libros ‘La dieta de las emociones’ y ‘Amor sin azúcares añadidos’. Cuando esto sucede, siempre empiezo explicando qué debemos tener en cuenta y reflexionar sobre varios puntos:

1.Esta ansiedad por comer: ¿de dónde viene?

 

En primer lugar, debemos pararnos un momento a pensar de dónde proviene. De esta manera, podremos tener más clara su causa y cómo podemos calmar la ansiedad por comer.

Entre las causas más comunes que pueden provocar este tipo de ansiedad están:

  • Estrés: ¿Tienes tiempo para ti a lo largo de la semana? O por lo contrario, ¿vas todo el día arriba y abajo, preocupada, con obligaciones y tareas? Quizá este sea uno de los principales motivos por los cuales tienes ansiedad por comer. El ritmo tan acelerado de vida que llevas. Por lo que debes frenar un poco, aunque nuestro alrededor no ayude demasiado a hacerlo.
  • Tristeza o sensación de soledad: Cuando te quedas solo/a en casa, ¿comes? Cuando tienes una discusión con tu pareja, ¿comes? Cuando has sufrido de mal de amores ¿comes? A lo mejor cuando te sientes más vulnerable y triste, utiliza la comida como método para consolarte y canalizar tu ataque de ansiedad. Y esto no debería ser así.
  • Aburrimiento: Actualmente, estamos en una sociedad en la que constantemente tenemos que estar haciendo cosas o recibiendo estímulos. Y esto hace que no sepamos gestionar el aburrimiento. ¿Y qué hacemos? Comemos…
  • Mimo, cariño : Hay que pensar que el primer sabor que experimentamos al nacer es el dulce de la leche materna y/o artificial. Y este tipo de leche tiene lactosa, que es un tipo de azúcar. Por lo que en ese momento se programa en nuestro inconsciente el recuerdo de la protección, el mimo, el cariño, el “todo irá bien”, el “estás en casa”. Así pues, de mayores, cuando necesitamos “nuestro momento” nuestro inconsciente nos recuerda que los dulces nos producen esas sensaciones y emociones que necesitamos.

2.¿Es hambre o falta de energía?

Esta pregunta es importante hacérsela y diferenciar bien si es una cosa o es otra. Hago hincapié en esto porque nuestro cuerpo está predispuesto genéticamente a reclamarte nutrientes cuando le faltan.

Y volviendo al tema del estilo de vida que comentábamos antes, si tienes un trabajo muy mental o que requiera mucha concentración, quizá necesites unos niveles más altos de glucosa u omega 3. Puede que estés tomando menos de los que necesitas y por eso tu organismo te pide comer más pan o frutos secos.

También puede ser que comas a deshoras y tu cuerpo se vea falto de ciertos nutrientes. Y puede ser que tengas hambre en momentos en los que no llevas nada encima para comer sano, o que te den bajones de energía.

Así que cuando tengas ganas de comer, pregúntate primero: ¿he comido suficiente y bien antes?¿Tengo hambre real y por eso me suenan las tripas?

Por otro lado, a veces nuestro cuerpo está tan cansado que lo que necesita es descansar. No por mucho alimento que le demos tendremos más energía. ¿Duermes por lo menos 7 horas al día? ¿Te cuesta quedarte dormido/a? ¿Descansas o te despiertas varias veces? Si tu problema va por ahí, no deberías centrarte tanto en qué tomar para tener energía y frenar esa ansiedad por comer, sino en mejorar tu hábito de sueño. Entonces todo mejorará como un dominó…

3.Cuida tu microbiota con almidón resistente

La microbiota es el conjunto de microorganismos vivos que se encuentran en nuestro organismo y es muy importante cuidarlo.

Y una buena forma es cuando cocines la patata, la dejas enfriar toda la noche (entre 8 y 12h). De esta manera, el almidón que contiene cuando lo comas, dejará de utilizarse en forma de energía y se convertirá en alimento para nuestra microbiota. Después, la patata se puede volver a calentar pero sin superar los 130º. Y para evitar su oxidación mejor guardarla entera y con la piel.

Además, si no lo sabes, la microbiota es imprescindible para la producción de la serotonina, que es la hormona de la felicidad. Por lo que hay que mantener una microbiota sana y esto nos ayudará a ser un poco más felices.

4.Snack casero preparado y congelado

Algo muy práctico para momentos de estrés, cambios hormonales o tristeza y a su vez, ansiedad por comer, es tener en casa alimentos sanos que nos puedan servir.

Por ejemplo, yo me preparo habitualmente un brownie casero triturando plátano, huevo, harina de arroz integral, leche de avena, cacao en polvo y vainilla. Después lo corto, lo congelo, y lo descongelo cada vez que necesite algo dulce.

Si no te gusta la opción de chocolate, tienes hoy día mil recetas fáciles y rápidas que puedes congelar: gofres, tortitas americanas, etc. Si todas estas recetas llevan algo de proteína o grasa, te darán aún más una sensación de saciedad. Puedes probar añadiendo algo de proteína vegetal en polvo, aguacate o dátil. 

5. Intenta calmar la ansiedad por comer teniendo un snack saludable siempre a mano

Algo también muy útil para personas que, o no tienen tiempo de cocinar o no les gusta, es tener a mano siempre otros sustitutos que te pueden ayudar a calmar la ansiedad por comer:

  • fruta deshidratada
  • frutos secos
  • polvos de proteínas veganas para añadir a la leche
  • bolas saciantes (estas por ejemplo llevan una seta -que no se nota el sabor- llamada cordyceps que además ayuda a desinflamar/deshinchar)


Neus Elcacho
Dietista integrativa | Coach Nutricional

Autora del libro de grupo Planeta: LA DIETA DE LAS EMOCIONES

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